De las 38 a 40 semanas, el desarrollo del bebé llega a su fin. Su estómago y sus riñones ahora funcionan perfectamente; sus pulmones están completamente desarrollados y listos para respirar; su intestino ya ha producido meconio (sustancia que será eliminada junto con las primeras heces); su cuerpo ha adquirido una buena capa de grasa, y ahora está muy esponjoso.
Durante este mes, el bebé aumenta unos 250 g por semana. Empieza a engordar. Finalmente, es hora de nacer. El bebé suele bajar, bajando la cabeza y apoyándose en el bajo vientre de su madre. Esto alivia la dificultad para respirar que las futuras mamás suelen sentir en los últimos meses. Al final del noveno mes.
El bebé suele medir unos 50 cm y pesa 3200 g. Y es hora de decidir si darle el pecho al bebé o alimentarlo con un biberón. Y hacer los últimos ajustes para preparar la habitación del bebé.
Durante los últimos 3 meses, es aconsejable que la madre duerma mucho y descanse a menudo, porque con la llegada del bebé puede tener muy poco tiempo para descansar, e incluso puede pasar noches y más noches en claro, sobre todo si se trata del primer hijo cuando la madre aún no tiene la experiencia en los cuidados básicos del bebé.